
Acerca de este curso
¿Sufres alguna dependencia compulsiva como fumar, beber, drogarte, comer, jugar, sexo, violencia, supremacismo, perversiones, negatividad, victimismo, pesimismo, miedo, egoísmo… que te está fastidiando la vida?
Si tu respuesta ha sido afirmativa a alguna o varias de esas cadenas seguramente ya desconfías de los métodos habituales difundidos por los sistemas públicos y privados de salud, libros de autoayuda a autodestruirse, cursos de nueva era (en realidad más apolillada que el vudú), etc., porque los has usado y —lógicamente— no te han funcionado (no te avergüences, nosotros también caímos en la trampa en su día).

Lo que seguramente no entiendes todavía es por qué razones no te han funcionado, y lo peor es que parece que nadie lo entiende, lo que evidencia la incapacidad de esa industria para desarrollar métodos efectivos que desengrilleten a los sufrientes —y a menudo social y legalmente acosados— adictos.
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Incapacidad constatable a pesar de la ingente cantidad de recursos económicos y personas movilizados por los organismos institucionales de salud desde hace décadas, que han conseguido un impacto mínimo —realmente negativo, pero queremos aparentar moderación ;-)— en la reducción de la incidencia de las adicciones como puede constatarse en los datos estadísticos de dependencia de psicofármacos y otras sustancias modernas en los países supuestamente más avanzados. El caso más llamativo es el tabaco, donde periódicamente se anuncian medicamentos milagrosos que, además tener un efecto ciertamente nulo en la reducción de las tasas de adicción, como también reflejan los datos, son perjudiciales para la salud.
Y entretanto, a los eficacérrimos responsables de la lucha contra las adicciones no se les ocurre nada mejor que… ¡sugerirte que para liberarte de tu adicción evites el objeto de tu adicción!

¿Te habías dado cuenta? ¡Es absolutamente brillante! ¿Verdad? ¡Magistral!
¿Eres adicto a fumar? Pues no fumes.
¿Te drogas? Pues no te drogues.
¿Te atiborras a bollicaos y a tigretones? No comas bollicaos ni tigretones.
¿Te gastas medio sueldo en juegos? No juegues.
(Eso sí, entretanto compra estos ineficaces, carísimos y peligrosos medicamentos)
¿¿¡¡Cómo no se nos había ocurrido antes!!??
¿Verdad?
¡Arreglao!
Y si su maravilloso remedio falla, ya te tienen a ti para cargar con las culpas… porque no tienes fuerza de voluntad, tienes problemas de salud mental (por no decirte directamente que eres un/a flojo/a o un/a tonto/a) o lo que sea…
Y nunca te devuelven tu dinero como cuando compras una lavadora o una cafetera que no funcionan… ¡¡porque la culpa es… tuya!!
¡Qué genios! No se les cae la cara de vergüenza porque sufren una mutación genética que no expresa esa característica XD
No te mandan que salgas en procesión llevando a hombros una imagen coronada suya porque esa dignidad sólo corresponde a sus santones; pero que te sometas con carita de cordero degollao, les confieses tus pecados y les dejes 60 pavos en el cepillo por cada penitencia y absolución que te distribuyan, sí.
Estas son las obvias contradicciones de lo ciencia a las que rEEvolución.es contrapone para ti contrAAdicciones.
Pues se acabó
Has llegado hasta aquí porque ya has pensado o intentado varias veces en dejar de fumar, engullir, jugar…, pero no te ves capaz de hacerlo; ni te atreves a volver a intentarlo porque el mero hecho de pensarlo te trae horrendos recuerdos y te produce tal ansiedad que te dan ganas de zamparte del tirón la bolsa de cortezas que tienes para las visitas, fumarte media cajetilla, jugarte los ahorros o lo que sea (en realidad eso de ansiedad es otro palabro-trampa de estos genios para ocultarte lo que en realidad te pasa, que es muy simple, y que así no te quede más remedio que contar con ellos, que no viven del aire y eso de sacar faltas a los demás y vender consejos de los que para mí no tengo les mola más que comer con los dedos).
Pues ya te puedes relajar, estás en el lugar adecuado, porque además de ser eficaz al 100% —todo lo eficaz que es cualquier entrenamiento para adquirir cualquier habilidad—, este curso ContraAdicciones no es que no te exija el delirante requisito de no recurrir al objeto de tu adicción, a tu muleta, sino que te recomienda que no te abstengas de hacerlo.
—¿Que qué? —pensarás.
Pues sí, olvídate completamente de intentar abandonar tu adicción —si lo que has hecho hasta ahora no te ha funcionado prueba otras cosas bien diferentes, pero sensatas— desde ya, porque a medida que avances en el curso tu adicción se irá debilitando hasta quedar en los niveles normales de las personas que en alguna ocasión se fuman unos pitillos (condimentados o no), se toman un par de cubatas, se zampan un bocata de panceta o un paquete de galletas de mantequilla… pero de vez en cuando, porque no lo necesitan para seguir viviendo.
Y el recurso a tu adicción-muleta se irá debilitando hasta que tú lo decidas, porque si decides no volver a llevarte un piti o una palmera gigante de chocolate a boca, no tienes más que seguir con el curso —no hay límite— hasta que no sólo no te apetezca, sino que ni se active la idea en tu mente. Tú decides en qué nivel te quedas.

(Imagen: Freepik)
¿Y cómo se consigue?
La lógica de contrAAdicciones es muy sencilla (se puede llegar a complicar todo lo que uno quiera complicarlo, claro, pero no te vamos a soltar aquí toda la teoría, y mucho menos un catecismo, que para eso están los neosacerdotes de a 60 lereles/hora):
¿A que cuando te lo estás pasando genial o durmiendo a pierna suelta no te acuerdas de tus adicciones?
No, sólo te acuerdas cuando te estás comiendo un marrón o lo que tú crees que es un marrón: te aburres, no soportas a tus compañeros, el ogro de tu suegra te trae a mal vivir (no, no es que tu suegra tenga un ogro como mascota), tienes que hacer algo que no te apetece, no sabes qué hacer con tu vida, te han dejado plantado/a, estás con gente y no sabes de qué hablar… Sin embargo hay personas que se enfrentan a esos mismos problemas o mucho peores y no necesitan esas muletas.
¿Por qué ellos no y tú sí?
Porque ellos tienen más desarrolladas, más fuertes, las habilidades de afrontamiento de los problemas de la vida. Así de despampanantemente simple.
La adicción siempre la causa una debilidad: el subdesarrollo o debilitamiento de ciertas habilidades mentales para afrontar las incomodidades de la vida.
Ahora lo entiendes, ¿verdad?
Entonces, si entrenas estas habilidades debilitadas con un sistema como ContraAdicciones © de reevolución.es las desarrollarás tanto que no necesitarás ese apoyo para escapar de ella, con lo que ese apoyo/adicción se irá debilitando hasta desaparecer o reducirse al mínimo.
Y no sólo eso, sino que vivirás la vida más fácilmente —recuerda que la adicción es una muleta en la que apoyarse para afrontar momentos incómodos— que antes de desarrollar la adicción… o antes de que transfirieras la muleta que todos usamos de niños —el chupete— a algo dañino, porque tendrás los recursos cerebrales tan hipertrofiados como los bíceps del Esmaseneguer, tan fuertes como el lomo de Iñaki Perurena.
Ahora todavía lo ves más claro, ¿verdad?
¿Y cómo se hace?
Rabiosamente sencillo también, fíjate:
Cuando te apetezca o —lo ideal aunque no imprescindible— cuando te acabes de acordar de tu muleta, hazte una sesión de este curso-entrenamiento, y desde ese momento, las rutas neuronales que conectan con tus recursos mentales para afrontar eficazmente los momentos desagradables, se empezaran a reparar, a ampliar, a desarrollar… hasta que cada vez que te surja un momento incómodo, tu cerebro tire directamente —sin pasar por la muleta— de esos recursos.
Chimpón.
En un par de semanas o tres, si te haces una sesión del curso al día, te habrás liberado de tu adicción a apoyarte en la muleta. Algo más si te haces dos o tres sesiones semanales. Puedes hacer varias sesiones al día sin problemas (no tendrás agujetas en el cerebro sino una agradable sensación de poder), aunque no es necesario.
Y de premio entenderás cómo funciona tu cerebro, lo que te permitirá usarlo mejor, beneficiar a tu vida en todos los ámbitos y ayudar a los tuyos a vivir una vida mejor.
Y para rematar la faena, puedes probar gratis (eso no te lo dan los millonarios farmamonopolios, ¿eh?) las primeras sesiones del curso/entrenamiento.
Así que, como decía el anuncio de la tele: Busque, compare, y si encuentra algo mejor… ¡cómprelo!
Puedes compartirlo con quien creas que lo puede necesitar también, porque no hay límite de plazas.
Y lo puedes regalar en estas Navidades para que cumplan por fin sus propósitos de Año Nuevo.
Este curso tiene un grupo específico para charlar sobre estos temas y ofrecer ayuda si estás en disposición o buscarla si lo necesitas.
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Contenido del curso
ContraAdicciones – El Arte de Liberarte
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El Arte de Liberarte – Nivel 1
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Pruebas del Nivel 1
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El Arte de Liberarte – Nivel 2
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Pruebas del Nivel 2
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El Arte de Liberarte – Nivel 3
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Pruebas del Nivel 3
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El Arte de Liberarte – Nivel 4
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Pruebas del Nivel 4
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El Arte de Liberarte – Nivel 5
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Pruebas del Nivel 5
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El Arte de Liberarte – Nivel 6
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Pruebas del Nivel 6